Gravedad cero, el oxigeno es suficiente por lo menos para pensar, y sentir una angustia.
De niño desprendido de su madre. Voy gravitando el planeta ya la angustia cede, ante la inmensidad, y una fiesta de matizes y colores se esparcen ante mi, paso por un desierto,
por montañas y valles, es curioso no distinguir ninguna frontera, entonces la frontera es mi mascara mi equipo, mi piel, mi mente tal vez.
Ahora el sol me da de frente esa luz, que sin ella no seriamos ni siluetas, ni hubiera visto
tu cara redonda mojada por la lluvia, entendi que encontraba en ella un sentido una fe.
Si deseo que estes aqui, no nos podemos perder mas el instante, quiero a gritarle a miles d emillones de habitantes. Salgan de sus casas, oficinas y cuevas. Algo hoy va a ocurrir.
Pero es en vano que me queje o que pida solo pienso, y la angustia vuelve a seder, si estoy
escuchando una sinfonia, me resuena cada nota cada instrumento, entre mi respiracion.
La verdad nunca inmagine terminar asi, pero la tecnologia no conto con esta variable.
de vuelta observo al mundo con una presencia inconfundible, con su cielo y sus oceanos.
la melodia sigue en mi cabesa creciendo abarcando todo silencio, me gustaria escribir un soneto, algo para mi mundo, para vos, que nunca te detuvistes en observarlo. Todo era la carrera y ganar dinero, ya vez todo se resume a este momento a este espacio en el espacio.
Salgan por dios, aunque sea un momento, vean alguo va a pasar en el cielo.
Fugaz como una estrella.
Ya estoy atraido entrando en la atmosfera la sinfonia sube con la temperatura, me parecio ver
un niño pidiendo un deseo a una fugaz estrella.
ALEJANDRO GATELL
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