martes, 2 de agosto de 2011

INVIERNO DESOLADO









El bosque silva, una dialéctica del tiempo.



Y nadie conoce su vientre.



Ansió, tocar su alma, en este invierno desolado.



Al borde de un precipicio, te dije.



Te quiero y subimos los manantiales de los locos.



Armamos nuestros rastros, y encabesamos, la marcha de millones de almas.



Así nos acariciamos sin tenernos.



En este invierno.






ALEJANDRO GATELL

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