domingo, 7 de agosto de 2011

LLUVIA DEL CIELO









La materia abrió la puerta del cielo,



y mi alma se torno agua,



que deviene de la fuente inagotable.



El solsticio de enero.



El maestro dio su pan en mis manos.



Y saboreamos el néctar del misterio.



Fue cuando no diferenciar,



el cielo de tierra, lluvia de sol.



En algo tan claro y posible.



Solté la sensatez.



y viaje por tus distintas distancias.



Cada ave sello en mi espíritu,



Sus alas del corazón.






ALEJANDRO GATELL



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