jueves, 11 de agosto de 2011

UN DIA CON MI TYRANO



No es fácil, empezar el día pensando en la quimera del tiempo.
Suponiendo que nada alcanza para satisfacer a un aparato demandante.
Opte por salir al sol y hacer mis practicas,
encontrando de vuelta equilibrio.
Pero el rumos de la calle, ese que agonizara una competencia feroz.
Dinero, poder, reputación,
Infranqueable costo de esta vida, que no somos nosotros.
Que demonio nos saco el juego e hizo la competencia del poder.
Entre el cielo y el infierno me abrazo a mi almohada,
testigo del péndulo del amor.
El odio vacía mis bolsillos y mi corazón.
Manejo una esperanza, que tal vez sea,
De quitar todo el equipaje en el lugar correcto.
Y viajar por la senda del sol.

ALEJANDRO GATELL

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