Cinco años que te fustes.
Y en un sueño muy vivido,
me abrasastes, como lo que tendrías que haber sido,
mi padre.
me distes confianza y me invitaste a trabajar,
me encontré siendo hijo,
en una familia que en la realidad nunca tuve,
que manifestación del ser tan pura.
Me hubiera quedado en ese sueño para siempre.
pero lo importante que en un sueño fui tu hijo.
La compasión y la sensatez,
son la familia de todos, que siempre llega.
Y la compasión a nadie deja huerfano.
GRACIAS MAESTRO
ALEJANDRO GATELL
lunes, 14 de noviembre de 2011
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