No digas adiós, me dijo el maestro.
En una carta con la sencillez de la sabiduría.
Si estamos en algún lugar, para algo o para quien.
sera cuestión del momento decirlo.
Sentirte no es novedad para mi piel e alma,
escucharte mas allá del ruido.
Ajenos son nuestros rencores,
propio la construccion de los espacios donde habitamos el desnudo del intelecto.
ALEJANDRO GATELL
sábado, 9 de julio de 2011
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