Puedo acariciar tu aliento, en mi almohada.
Sentir tu mirada como pétalos de rosas.
La barca del olvido,
desemboca en un mar lejano,
y nos acometemos al error.
Perfecto nada.
Sin lineas el universo trama,
su sinfonía abismal,
que en un pulso nos obliga a unirnos en el destrozo.
De nada soy ajeno,
menos de esto.
Que vuelan como llevan tus manos,
un perfume de sol.
ALEJANDRO GATELL
sábado, 30 de julio de 2011
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