Se filtro tu luz por mi ventana.
Volviéndose tu imagen sobre mi opaca pared.
Entonces puse los soles en mi espacio
y mi reducto fue el palacio mas hermoso que los cuentos soñados.
Inmaginandote, te bese tu piel cada aliento,
y mis manos te acariciaron, como templando serenamente, un instrumento.
Con el cual compondria la melodía de amor mas desesperada y exhaltada,
que grabaría la noche en su intimidad.
así el amor se presento como una tormenta en mi almohada,
y entraba en tu vientre hasta que vibraras cada pulso, cada jadeo era un retrato del corazón.
Así nuestro cuerpos sudorosos se perpetraron en la noche de mi exilio,
Hasta tomar toda la miel de tus pechos.
el éxtasis fue una explosión de risas, llantos y energía.
Que me dejaría dormido dentro tuyo en ese instante del amanecer.
ALEJANDRO GATELL
jueves, 14 de julio de 2011
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