martes, 19 de julio de 2011

NUESTRA LLEGADA A LA LUNA









Habíamos perdido la cuenta del tiempo que que nos llevo este viaje.



La computadora de abordo, insistía con números y datos,



que ya nos eran irrelevantes.



Cuando sabíamos que estábamos solos en un péndulo.



Nuestro hogar estaba tan lejos, que se había vuelto entrañable,



cuando dormía soñaba que corría con mi perro por verdes parajes.



Mi compañero concluyo parte de la bitácora y pude leer entre lineas,



que nos habíamos vuelto uno, los dos con este destino.



Después de tantos preparativos, prontos a tocar suelo lunar.



Entonces un silencio inhóspito se adueño. La calma perpleja, y nuestro equipo.



Abierta la compuerta, lo salude transmitiéndole que estaría cerca.



Tan cerca tan próximo que nos volvimos uno.



Entonces descubrí que la amistad se encuentra en lugares menos insospechados.



gracias






ALEJANDRO GATELL

No hay comentarios:

Publicar un comentario