viernes, 16 de diciembre de 2011

CONFESIONES DE UN EXESPIA DE DUCHAS

Con mis tiernos cinco años,
tengo un bago recuerdo.
De la intriga que me despertaba,
cuando a casa entraba una mujer.
Mi madre era mas que fácil..
Pero Otra mujer.. ese era el gran plan.
A descubrir, que se escondía tras sus faldas y sus discursos de la vida,
los precios y otras cosas que ni me importaban.
En el jardín jugando con mi mascota.
Escuche a mi madre.
Si queres bañate en mi casa.
Abandone mi perro, mis juguetes y mi poesía.
Y rápidamente elabore un plan.
Describí en mi mente cada sitio de la casa y el baño.
Ese trayecto era mas que temerario.
Sobre todo con la luces amenazantes de la lustradora de ultima generación de mi madre.
Que mal estaba acostumbrada a alejar hijos.
Cruzando la entrada y el living. ya entrando serca de la cocina y próximo al baño.
Como llendo a conquistar la ciudad del conocimiento.
La vos de mi madre. Implacable fue en su pregunta.
Donde vas alejandro
- A comer una manzana-
Esa respuesta había aplacado a la bestia, y despertado una sonriza.
En la cocina, el ruido de la ducha, caía como una lluvia del olimpo.
Sentí que descubriría el secreto de la existencia, del universo,
la alquimia todo estaba próximo. y tan lejos.
La adrenalina me quemaba y mi respiracion agitada, parecía delatarme.
Cerca de la puerta del baño, para mi sorpresa estaba entornada.
Solo tenia que estirar la mirada.
Mi mirada dentro era un paraíso de vapor y lujuria.
Disfrutaba su respiracion sus cantos.
Y el mismo cielo se presentaba para la ocasión de ver.
Una cortina maldita, bloqueaba la mirada.
Pero era casi trasnsparente.
Agudize mi vista, pude ver algo de piel.
Y una tenue vos.
Que fue como el mas inquisidor de los gritos.
Me dijo.
Que espías alejandrito.
Ese día termino esa profesión.
A voler con mi jardín, mis arboles y mis juguetes.
Al fin. nada del otro mundo iba a descubrir.
Gracias.

ALEJANDRO GATELL

No hay comentarios:

Publicar un comentario