Preparo mi tela, con al ceremonia del monje humilde,
el verdadero artesano de la alegría.
En un fondo blanco inmagino,
que vendrás los azules rojos y lilas.
Lo hago con alegría,
nadie compra mis cuadros,
a lo mejor este ahí el secreto,
lleno mi casa de mis cuadros,
para que iluminen de color,
no sea cosa que el dinero me saque la alegría del trabajo,
como a mucho hombres les paso.
Si queres te pinto un cielo, para volar,
un pájaro, un elefante o también un miedo,
para recordar que somos humanos.
te pinto un mar,
pinto mi aldea,
y retrato al mundo.
ALEJANDRO GATELL
lunes, 12 de diciembre de 2011
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